jueves, 10 de febrero de 2011
Quemó a hijastro; utilizó gasolina
ECATEPEC, Méx., 17 de enero.- Enloquecido sujeto cegado por los celos, estranguló con un cordón a su pequeño hijastro, de 8 años de edad, y luego para borrar toda evidencia del crimen llevó su cuerpo a solitario paraje para quemarlo con gasolina, todo ello para vengarse de la madre del niño, con quien vivía una relación de amasiato, porque pensaba que lo engañaba con otro hombre.
Cometido el infame crimen, el presunto homicida, Pablo Francisco Martínez Reyes, de 29 años de edad, tranquilamente como si nada hubiera pasado regresó a su domicilio, ubicado en el municipio de Tecámac, donde horas más tarde, de igual forma trató de asesinar a su amasia, debido a que ésta insistentemente le preguntaba por el paradero de su hijo.
Sin embargo, en un descuido del criminal, la mujer logró escapar de la casa y como tenía el presentimiento de que algo malo le había pasado a su pequeño y que su amasio tenía algo en su desaparición de inmediato se trasladó a las instalaciones del centro de justicia de Tecámac para denunciar los hechos y pedir la intervención de elementos de la Policía Judicial.
Cuando elementos del grupo de homicidios de la PGJEM iniciaban con sus primeras investigaciones, fueron requeridos por el agente del ministerio público para que lo acompañaran al levantamiento del cadáver de un niño que había sido encontrado completamente quemado, en solitario paraje, ubicado en el kilómetro 36 del Circuito Exterior Mexiquense, a la altura de la Colonia Hogares Mexicanos, en el municipio de Ecatepec.
Después de que el ministerio público practicó las diligencias correspondientes y tras de que ordenó que el cuerpo del malogrado niño fuera trasladado a las instalaciones del Semefo del centro de justicia local, agentes judiciales hicieron contacto con la madre del pequeño para informarle que habían encontrado el cadáver de un menor y que era necesario que se presentara en el Semefo para que identificara el cuerpo, pues existía la posibilidad de que se tratara de su hijo desaparecido.
PRESA DE LA HISTERIA
PIDIO AUXILIO
Posteriormente, cuando la mujer tuvo a la vista el cuerpo, presa de la histeria, del llanto y de una severa crisis nerviosa, sin temor a equivocarse lo identificó como el de su pequeño hijo, por lo que en ese momento exigió a la Policía Judicial que buscaran y detuvieran a su amasio, pues estaba segura de que él era el responsable del crimen.
A petición de la afectada, elementos de la PJ del grupo de homicidios de inmediato implementaron un fuerte operativo, a fin de ubicar y detener al presunto homicida y aunque dicho sujeto ya se había dado a la fuga, pues se enteró que el cadáver de su hijastro ya había sido encontrado y que agentes judiciales iban tras de él, más tarde afortunadamente fue ubicado y capturado cuando se refugiaba en el domicilio de un familiar.
La Policía Judicial informó que más tarde, cuando sometieron a un riguroso interrogatorio al miserable delincuente, éste primeramente negó todo; sin embargo, conforme avanzaron los cuestionamientos cayó en constantes contradicciones y se mostró sumamente nervioso hasta que finalmente al verse traicionado por sus mismos nervios terminó por confesar su responsabilidad en el atroz crimen y dijo que mató a su pequeño hijastro para vengarse de su amasia, pues, según él, debido a que trabajaba como teibolera en un antro de la ciudad de Toluca y en varias ocasiones le ordenó que ya dejara ese trabajo y se negaba rotundamente, casi tenía la certeza de que lo engañaba con otro hombre.
Por esta situación, agregó, todos los días vivía invadido por los celos, por lo que en un arranque de ira decidió matar a su pequeño hijastro para vengarse de su amasia y que ella supiera que de "él nadie se burlaba".
De esta forma, añadió, en días pasados cuando su pequeño hijastro jugaba dentro de su casa, aprovechando que gritaba y no lo obedecía, tomó un cinturón y comenzó a pegarle, luego cegado por la ira y por los mismos celos, lo colgó con un cordón y cuando se dio cuenta que el pequeño ya había muerto, para evadir la acción de la justicia, envolvió el cuerpo en una cobija, lo subió a su camioneta y se trasladó a solitario paraje, a un costado del Circuito Exterior Mexiquense, donde para borrar toda evidencia y evitar que el cuerpo fuera identificado, le roció gasolina y prendió fuego.
Confeso de los hechos, el miserable delincuente quedó a disposición del ministerio público y en las próximas horas será consignado al penal de Chiconautla, donde se espera que el juez de la causa no tenga contemplaciones con él y lo sentencie a varios años de prisión por el atroz crimen que cometió en contra de su indefenso hijastro.
Fuente: http://www.oem.com.mx/laprensa/notas/n1929541.htm
Alvaro Velázquez
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